sábado, 1 de enero de 2011

Cap. 1.7: esguince

-          Juan despierta –decía Quique suave para levantar al dormilón de Juan-
-          Un ratito mas…
-          Venga va… que has de ir al instituto.
-          ¿Qué hora es?
-          Las ocho y cinco
Juan pegó un brinco y salió de la cama rápidamente.
-          ¿Puedes salir? – le preguntó Juan a Quique-
-          ¿por? ¿qué tienes vergüenza?
-          Si… -dijo mientras se sonrojaba-
-          Vale, no pasa nada, te espero en el comedor.
Juan se cambió rapidísimo y fue al comedor, donde le esperaba Quique.
-          ¿Quieres zumo? –le preguntaba quique con la jarra de zumo de naranja en la mano-
-          Si por favor – Juan se sonrojaba de nuevo- ¿te puedo preguntar algo?
-          Por supuesto
-          Unos chicos se burlan de mi en el colegio, ¿Qué puedo hacer?
-          Mira, Juan, ese tema es muy difícil, pero cuando yo era pequeño, me ocurría algo similar…
-          ¿Y qué hiciste?
-          Les planté cara y se termino el tema.
-          Pues eso haré, por cierto ¿donde está Irene?
-          Se ha ido con tu Madre al hospital, creo que le dolía el tobillo.
-          ¿Y papá?
-          Se ha ido ya a trabajar, y ya va siendo hora que nos marchemos nosotros también.
A Irene le había dolido el pié todo el día después de la torcedura de tobillo, aunque se le había aliviado, después de química le volvió a doler mas. Era un esguince leve, pero el doctor era un exagerado y le puso un montón de vendas y le dijo que usara una muleta. Como la madre de Irene también es muy fanática con la salud de sus hijos, le obligó a llevar muletas en el colegio, aunque eso le dificultara llevar la mochila.
-          ¿te ayudo? –dijo un Jorge sonriente-
-          No hace falta…
Jorge cogió la mochila de Irene igualmente, aunque le costara mucho esfuerzo llevar las dos mochilas repletas de libros.
Mas al atardecer, Marta se dirigía a recoger la ropa del baño y al entrar ve a un Quique en calzoncillos medio bajados que se dirigía a ducharse, a lo que marta se tapa los ojos rápidamente y se da la vuelta.
-          Perdón.
-          No pasa nada mujer –decía Quique el cual se había enrojecido hasta un rojo pasión- pero…   ¿podrías salir?
-          Si si, lo siento.
El corazón de Marta latía a mil por hora.
La noche se alegraba en el momento que Irene recibía otro mensaje de Salvador:
Te necesito eres mi vida, lo que más he amado sin ti nada sería igual y moriría sino
te hubiese encontrado más sin embargo se que un día el destino tratara de
separarnos…Eres lo mas importante en mi vida cambió todo para mi desde que te
conocí llegaste en el momento justo y desde ese instante soy más feliz...Eres tan
especial que la lluvia no es lluvia si a mi lado no estás eres tan especial que el
sol no sale sin tu presencia espero  que DIOS me permita tenerte a mi lado que no se
acabe el día si tu no vienes a verme… Sin tu amor, cariño y calor no sería yo tan
fuerte por ese motivo siento que antes de que el sol saliera tú con tu calor me
alentaste… Gracias por ser especial, porque llevas parte de mí, porque no sería igual
sin ti siempre serás para mí lo más importante la persona que siempre he esperado-la
persona que siempre he encontrado y que nunca dejare que se vaya… Jamás te dejare ir
porque con mi amor te detendré, ni las olas más grandes y fuertes podrán derribarme
ni el calor más intenso podrá derretir el dulce amor hacia ti, porque fue Dios quien
nos unió y nada en este mundo nos separara.
En el próximo capítulo:
*Acoso a Juan