sábado, 16 de octubre de 2010

Cap. 1.1: Besos de atardecer



Finales del verano del 2009, el calor abrasaba e Irene había ido a una playa cerca de Barcelona, donde sus abuelos tenían un camping. Allá en el camping, había un grupo de jóvenes, entre ellos Karen, Juan y Salvador, el gran Salvador, su amor platónico desde que tiene memoria. En esos instantes Irene se disponía a acicalarse para irle a ver y confesarle sus sentimientos antes de irse hacia Madrid para comenzar el curso escolar.
Irene se acabó de arreglar cuando sonó el teléfono móvil, y entre luces leyó que era salvador el que llamaba.
-          Hola Salva –dijo Irene-
-          Hola, que podrías acercarte por mi caravana, tengo que decirte una cosa muy importante para mí.
-          Entendido – dijo mientras colgaba el móvil suavemente con el dedo ‘gordo’-
Es el momento pensó, y salió corriendo para ir a la caravana de Salvador, el cual le esperaba en el porche.
-          hola…  -dijo salvador e impidiendo que Irene dijera nada mas- acompáñame…
Salva cogió de la mano a Irene y arrancó a correr como un loco, esquivando a la gente, dejando atrás al hermano y el abuelo de Irene que estaban barriendo la arena de playa que había por la recepción.
-          ¡Cuidado! – dijeron a la vez  Juan y Teo-
Salvador no paró hasta llegar a la playa, donde el mar acarició sus pies, y besó a Irene ardidamente, sin decir nada, bajo la luz del sol de atardecer.
Ambos quedaron callados un rato. Irene no se lo podía creer, su amor de la vida, se le acababa de lanzar a los labios, que dulces eran los suyos, carnosos y suaves como el terciopelo.
-          T’estimo –dijo salvador, que en catalán significa te quiero-
-          Y yo a ti.
La tarde pasó, e Irene regresó a su bungaló. Allí se puso a pensar en que haría cuando se acabase el verano. Solo quedaban dos días de vacaciones y aun le quedaba mucho corazón por explorar. Juan entró como siempre sin llamar a la puerta.
-          Hola hermanito, ¿no te he dicho que llames antes de entrar?, imagínate que llego a estar desnuda.
-          Tampoco pasaría nada, no sería la primera vez que te veo, además yo te he dicho también que no me llames hermanito.
-           Bueno, que llames y punto.
-          ¿En qué pensabas? estabas muy concentrada, ¿no tendrá algo que ver con Salva?
-          ¿Cómo lo sabes?
-          Porque íbamos Karen  y yo, y os vimos cogidos de la mano.
Marta llamó a sus Hijos para cenar, impidiendo la continuación de la conversa de hermanos y después de una velada tranquila Irene se fue a soñar con salvador.


Avance del siguiente capítulo:
*Marta y Rafael se pelean, ¿problemas en el matrimonio?

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